Hay
mil y un formas de ponerse una sonrisa. Sí, 1001 formas de dibujar en tu cara
esa curva maravillosa.
Están
las sonrisas torcidas. Traviesas. De esas que te invitan a besar a su portador.
También
hay sonrisas grandes, de oreja a oreja, que reflejan el mayor de los
entusiasmos.
Otras
son pequeñas y fugaces, pero no por ello menos valiosas.
¿Y
qué me dices de las contagiosas? Esas que te hacen sentir bien por el simple
hecho de saber que la persona que la muestra es feliz...
Sin
embargo, también existen sonrisas falsas. Las que quieren decir "estoy
bien" cuando sabes que no es así. Las que, en silencio, piden un abrazo a
gritos.
Las
hay capaces de sustituir cualquier palabra.
Las
hay, incluso, invisibles. Sabes que están ahí aunque no las veas.
Las
hay de orgullo y satisfacción.
De
amistad y complicidad.
Las
hay de mil y un formas, porque hay 1001 formas de sonreír.
Sonríe.
Aléjate
del pesimismo y del enfado injustificado. Tómatelo con humor. Porque la risa es
la mejor terapia contra el malestar. La mejor forma de estar mentalmente sano.
Sonríe.
Vendrán tiempos buenos y malos. Pero solo de ti depende cómo afrontarlos.
Sonríe.
Es gratuito y saludable.
Sonríe.
Sonríe y se feliz.
La
felicidad no es un privilegio, es un estado.
Y es
que felicidad es actitud, no destino.