Apenas unos pasos más y se lanzaría al vacío. Tenía que
hacerlo, era la única solución.
Añoraba esos tiempos de prosperidad en los que todo iba
sobre ruedas. Pero ya no podía más. Las cosas habían cambiado tanto…
No le quedaba otra opción.
Sin coger carrerilla, apenas dejándose llevar, vuela por un
instante y todo acaba.
Con apenas un soplo de aquella fría corriente, la última
hoja del álamo revolotea y cae junto a las demás.
El aire nostálgico del otoño ya había desnudado todo el
bosque, dejando a su paso un rastro de naturaleza muerta.
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