"Querido yo del pasado:
No te daré grandes consejos. No te concederé
ningún deseo. Ni siquiera te avisaré de las piedras en el camino. Tan solo te
digo que las habrá.
Si algún día estás satisfecho de lo que eres
será gracias a lo que fuiste. Tu pasado te construye. Por eso quiero que te
equivoques. Quiero que caigas y te levantes por ti mismo. Quiero que te
enamores y te pierdas. Que ignores y luego aprendas. Que un día al fin te
encuentres y comiences a conocerte. Quiero que llegues a amarte tal y como eres".
Volvamos
a aquel lugar donde valientes príncipes luchaban contra fieros dragones. Donde
las hadas y los elfos habitaban los bosques.
Volvamos
a aquel lugar donde los besos y los abrazos eran gratuitos. Donde la tristeza
jamás podía ganarle la batalla a nuestras sinceras sonrisas.
Volvamos
a aquel lugar donde solíamos volar, donde los molinos pueden ser gigantes y el
mundo es un gran misterio por descubrir. Donde los imposibles no tenían razón
de ser.
Volvamos
a aquel lugar donde aún no conocíamos el dolor, la traición o la soledad. Donde
nuestro juicio era claro, sin tonos grises, y la realidad multicolor.
Volvamos
a la dulce infancia. A la feliz ignorancia que te permite sorprenderte como si
siempre fuese la primera vez. Volvamos al amor sin tapujos ni mentiras.
O,
mejor aún, no dejemos que la infancia se marche así, sin más. Cuidemos de ese
frágil niño que todos llevamos dentro. No lo dejes nunca atrás, pues tus
mayores sueños, ilusiones y deseos descansan en él.
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