Como
bien sabréis, estos días está teniendo lugar la celebración del Orgullo
LGBTI. Concretamente hoy, 28 de junio,
es el día Internacional del Orgullo LGBTI y de la Diversidad Sexual. Como
también debéis saber, o al menos intuir, esto es importante, y además lo es por
muchos motivos (NOTA: esto es una buena noticia).
En
primer lugar, Madrid es este año la sede a nivel mundial para dicha
celebración. Además, se conmemoran los 40 años que cumple el movimiento en
España. Por otro lado, si echamos la vista atrás, se ha producido una innegable
apertura de mentes (otra buena noticia que... SPOILER: será matizada más
adelante).
Que
Madrid sea capital mundial del Orgullo no significa ni mucho menos que seamos un
gran ejemplo de tolerancia y respeto, por mucho que se empeñen las estadísticas
en situarnos a la cabeza en la materia. Creo que este desajuste con la realidad
se debe a que también estamos a la cabeza en darnos golpes en el pecho
reivindicando igualdad mientras reímos gracias oxidadas, estamos a la cabeza en
crear esa fachada tan característica del político ibérico de salir en la foto
para dejar constancia de su presencia pero implicarse lo mínimo para no
mancharse las manos (como el que nunca hace nada en un trabajo de grupo).
Hay
quien parece creer que hace más de 40 años los maricones, las bolleras, los
travelos y los indecisos ni siquiera existían en España, que debieron surgir a
raíz de una extraña mutación cromosómica que induce malformaciones y severos
trastornos neurológicos, que desde entonces no han cesado en su empeño hasta
conseguir que no se los tratase como a enfermos y que actualmente pretenden
construir un imperio en el que se castigue a los que no lo estén. ¿Acaso te
suena a ciencia ficción? ¿Crees que no es real, que no ocurre hoy, ahora? Vuélvelo
a leer si lo necesitas.
Ahí
va un dato relevante, a la par que sorprendente, que quizás no conocías: la
Organización Mundial de la Salud dejó de considerar la homosexualidad como una
enfermedad en el año 1990 (es decir, antes de ayer porque, literalmente, 27
años no son nada).
En
cuanto a la apertura de mentes, admito que sí, que hemos avanzado en estos 40
años (¡faltaría más!). Lo que no tengo tan claro es hacia dónde estamos
avanzando en estos últimos tiempos. Tengo la terrible sensación de que nos ha
invadido una actitud de cangrejo y estamos retrocediendo en lugar de avanzar.
¿No
estás de acuerdo conmigo?
Te
ofrezco otro dato a tener en cuenta: los delitos de odio contra la orientación
sexual no solo no disminuyen en los últimos años, sino que se han incrementado.
Vale, es cierto que quizás exista un menor temor a denunciar estos delitos pero
eso no los reduce ni los hace menos graves.
Estoy
harto de escuchar día a día burradas como las siguientes (entre paréntesis mis
respuestas u opiniones al respecto):
-"¿Por
qué hay que celebrar un día del Orgullo?" (Básicamente, porque gracias a
gente como tú aún hoy existe opresión por condiciones de género, orientación
sexual e incluso por el color del pelo o la ropa con la que te vistes. Aunque
te resulte difícil de entender, el Orgullo no consiste en exhibir tu carne
viajando sobre una carroza de purpurina rosa rodeado de unicornios que vomitan arcoiris).
-"Pero
es que yo también estoy orgulloso de ser heterosexual" (¡Enhorabuena! No
se trata de celebrar tus preferencias amorosas, sino de reivindicar derechos,
visibilidad, respeto y tolerancia hacia un colectivo que no debería serlo, pues
jamás se debería excluir a nadie por negarse a ocultar quien es. Se trata de
una reivindicación a la cual, por supuesto, estás invitado).
-"A
ver, si yo respeto... de hecho, tengo amigos gays" (A estas personas les
otorgo mi más sincero reconocimiento por su admirable ejercicio de inclusión
social).
-"Puedo
llegar a entender eso del mismo sexo pero
lo de la bisexualidad es puro vicio" (?????).
-"El
homopatriarcado..." (ERROR 404: NOT FOUND)
Mientras
existan estos y otros tantos prejuicios, mientras existan curas que oficien misas
homófobas en nombre de un dios que se horrorizaría al conocernos, mientras una
sociedad que domina el baile de la máscara falsa siga colocando obstáculos a la
libertad, mientras el miedo y la ignorancia sirvan de pretexto para cortar
alas, (...). Mientras todo eso siga ocurriendo, será necesario luchar. Luchar
por la paz, aunque pueda sonar contradictorio, pues hablo de una lucha silenciosa,
positiva, que construya y no excluya, que no vaya en contra de nadie. Creo que el
pilar para esa lucha nace en la educación como semilla de la tolerancia y el
respeto.
Llamadme
iluso si así lo estimáis oportuno pero creo firmemente que los grandes hitos se
alcanzan desde las pequeñas cosas. Desde dentro hacia fuera. Desde la base
hasta la cima.
Si
crees en el Amor, debes sentirte parte de esta pequeña gran revolución. No es
cuestión de siglas, pues estas pueden ser apenas el vehículo para la lucha de
la que hablo. Es cuestión de algo mucho más valioso: las personas. No olvidemos
lo que somos.
Orgullosamente.
Orgullosa
mente.
Me
declaro orgulloso de mi mente.
Atentamente,
PQR
NOTA:
si te has sentido identificado con mis palabras, te recomiendo leer entradas
anteriores de mi blog como "Carta a la libertad" (27 de enero de
2017), "Del odio al amor" (25 de marzo de 2016) o "Alma del
viento" (20 de febrero de 2016).
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