Tu
boca y mi boca guardan secretos inconfesables. Albergan náufragos que no
quieren ser rescatados por ninguna sirena y cofres que contienen los más
grandes tesoros jamás escondidos.
La
distancia entre tu boca y la mía es un campo de batalla en el que no existen normas
ni límites. Yo tiro la primera piedra: te atrapo con la mirada y caes rendido
entre la red de mis brazos. Soy el capitán de tu piel salvaje.
Tras
el primer ataque, los mares se funden en una perfecta simbiosis. Las olas
embravecen y luego se calman, como si los mares se transformaran en un inmenso
lago de agua dulce, que me permite adentrarme hasta el fondo de tu ser.
Descubro tus naufragios y reparo tus heridas. Encuentro tus tesoros y guardo
tus secretos. Me dejo arrastrar por tus corrientes de aguas cálidas hacia un
baile húmedo, perfectamente sincronizado.
Y
entonces la marea baja y los mares se separan, llevándose consigo el recuerdo
de sus aguas.
Mañana
mi timonel volverá a navegar a la deriva en tu insondable inmensidad. Tú me
esperarás de nuevo en cada puerto, y nuestros mares volverán a unirse,
rompiendo las fronteras, los istmos y todos los imposibles que se nos
presenten.
Enhorabuena Pablo. Solo un alma enamorada puede expresarse de esa manera. Tienes la capacidad de transportarnos hacia las sensaciones más dispares. Gracias
ResponderEliminarAlguien que mucho te quiere
¡Muchas gracias! Me alegra poder despertar emociones.
Eliminar¡Preciosooo! Es mezcla de amor y pasión, perfectamente descritas
ResponderEliminarSoy Angus, es que entré con el correo equivocado ¡que más da!¿no? Sus 21grs. aun están en mi...
Por supuesto Angus, los 21 gramos nunca desaparecen. Gracias por leerme.
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