viernes, 22 de febrero de 2013

Es tu turno


Hazlo.
O no...
Espera, que no estoy seguro.
Déjalo, no merece la pena.
Total, si no iba a conseguir nada.
Ya lo hará otro.
Y mejor que yo, ya lo verás.
Me siento más cómodo en mi rincón.
Plegado, oculto en mi interior.
Sin que me vean, no vaya a ser que piensen mal de mí.
No quiero salir, prefiero estar aquí solo.

Sin embargo, ¿no merece la pena intentarlo?
No solo importa lo que contengas.
También importa el cómo te vendas.
Cómo convences a los demás de tu valía.
Y si otros ya lo hicieron,
¿Por qué ibas tú a ser menos?

Hazlo.
Sin el menor rastro de duda.
Coge aire y suéltalo todo.
Que todos vean cómo eres. 
No tienes nada que perder.
Muéstrales lo que puedes llegar a conseguir.
Demuéstrate a ti mismo que eras capaz.
Nada puede salir mal.





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