domingo, 26 de abril de 2015

Inspira, respira, vive



"La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando" (Pablo Picasso)

Te arranco un beso y te me escapas.

Recompongo nuestros recuerdos y, una vez más, ordeno nuestro idílico futuro. Pero la torre de naipes resbala entre mis manos, reducida a polvo de quimera.

Tropiezo con tus ojos y me pierdo.

Eres como una diosa.
Eterna y poderosa.
Inalcanzable.

Siento tu risa en algún rincón, en alguna esquina de mi desolado corazón. O de mi mente, imaginándote acaso, tan dulce y letal. Tan salvajemente bella. Tan, tan… tanto te quise. Y aún te quiero.

Si siguieras a mi lado, te querría aún más.
Si renacieras del pasado, viviría al fin en paz.

Nada peor que ser un cadáver de amor viviente. Nada mejor que morir de amor.
Nada peor que vivir sin ti. Nada mejor que haberte conocido.

En mi delirio, tu aliento me acaricia las heridas del alma. Tu figura se desliza y me alcanza en mitad de mi oscura noche. Lugar de pasión y derroche.

Y ahora, al fin, vuelves a mí. Ya no distingo un sueño. Eres realidad. Me llenas de tu inmensidad y me haces grande. Más grande de lo que mis huesos pueden soportar. Más de lo que mis besos jamás podrán sanar.

Me abandono a tu abrazo y me hago tierra, y luego polvo, y luego nada.

Inspira, respira, vive.