jueves, 17 de julio de 2014

La chica del piano

La música entraba por su ventana cada tarde a las cinco y media. La suave melodía de un piano inundaba sus oídos, haciéndole sentir unas veces relajado, como si descansara sobre un lecho de nubes, y otras tantas desbordado, como si cabalgara sobre un caballo salvaje. A veces creía oír el dulce cantar de pajarillos al amanecer y, otras, el terrible crujir del cielo en una noche de tormenta.

Le resultaba admirable la aparente facilidad con la que su vecina tocaba aquellas piezas. Cómo podía hacerle experimentar distintos estados de ánimo, y a menudo transportarlo a lugares lejanos y desconocidos, con tan solo presionar las teclas de un instrumento musical.

Cada vez que se asomaba a la calle, podía observar, a través del balcón entreabierto de la pianista, cómo unos dedos de rasgos delicados acariciaban el piano, arrancando aquellas notas prodigiosas.

Aunque lo mejor era cuando acompañaba esa música con su voz, la cual crecía desde el leve susurro al contar un secreto al oído hasta el desgarro y la profundidad por la pérdida de un ser querido.

Cada vez que se asomaba a la calle, quedaba absolutamente extasiado. Debía ser el poder de la música, capaz de llegar hasta tu corazón sin ni siquiera tocarte. La música, un lenguaje capaz de poner sonido a las emociones más complejas.

Y es que la música, al igual que el amor, es una fuerza antigua y poderosa que une a las personas.



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4 comentarios:

  1. Un estupendo ejercicio de prosa poética. Excelentes comparaciones y una gran capacidad comunicativa. Continúa escribiendo, porque cada segundo que te entregues a la escritura estará bien empleado. Recuerdos desde sietesoles.

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  2. Muchas gracias, de corazón. La música merecía que le dedicase algo bello. Escribir ya es algo que forma parte de mí, por lo que a estas alturas ni quiero ni puedo dejarlo...

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  3. Al igual que la música nos embelesa, tu eres capaz de despertar esos mismos sentimientos con tu prosa. Que facilidad para expresar con las palabras justas e idóneas. Sigue deleitándonos. Te queremos Pablo.
    Mami

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    1. ¡Muchas gracias! Me alegra saber que lo que escribo despierta esos sentimientos en las personas.

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